Celeste, blanco, celeste

Concebimos el arte como un lenguaje que potencia la capacidad expresiva de nuestros alumnos. A través del trabajo con diferentes elementos, la creatividad y la imaginación se fortalecen. 

Pero la pintura y el dibujo infantil no se limita sólo al aspecto creativo sino también representa la manifestación del conocimiento.

Este año el Día de la Bandera nos volvió a encontrar en el colegio, sin la posibilidad de la actuación de los chicos, pero con la gran variedad de propuestas de las maestras para que todos vayan aprendiendo los colores que nos representan como país.

Como maestros debemos revisar no sólo los contenidos sino nuestros propios contenidos. La pedagogía del siglo XXI hace especial foco en la forma de aprender más que lo aprendido. Pone de manifiesto que el aprendizaje no se hará de cualquier manera sino desde el fortalecimiento de las posibilidades de uno mismo en forma individual y con otros. 

Celeste y blanco son más que dos colores. Son un principio vistoso para hacer visible la formación en valores de los más pequeños.

Saludar a la bandera todos los días no sólo ayuda a los chicos a reconocer los colores que representan a la Argentina. Es una buena rutina que valoriza el aprendizaje de los símbolos patrios de manera visible. Y más importante aún es aquello que se da de manera más abstracta: la siembra del sentido de pertenencia y el reconocimiento del trabajo de los chicos, sus familias y sus maestros: todo lo que hacen juntos es bueno para su país.